Mañana que me levante debo de acordarme de todo lo que he hecho.
De todo.
Mañana que me despierte, debo cuidar que el ruido no exista,
el ruido.
Mañana, muy temprano, buscare entre mis cabellos un motivo,
y me lo comere entre sueños.
Y tú, melancolia,
tendrás que aprender a vivir
en otro cuerpo.