En la foto: Issei Sagawa
Operación que se funde con el tiempo perdido.
Se despertó entre mis sueños, un sueño que decía la verdad, y todos reían de ello.
Quería amarte con desesperación, como en tumba. Como en curvas de serpiente pobre y humana.
Peón, me mal amaste con tus pieles de carnero redondo; música de poetas, palabras que se cuelgan de los tornillos de mis lentes, y no tengo la medida correcta para no deformarte,
¡Perra!
Mis mascotas no te aman, te temen. Mi lobo por ejemplo, se mece con tus chinos hidratados, tus bocas de tiburón toro, de mi. Por que sabes que tu olor es fragancia de maíz, y carne que no sabe más a carne, sino a Dios.
Bien sabes que no quiero servidumbre, me da miedo, huele a flores, a rosas que se mecen con el viento de una tarde de jueves, un marzo lluvioso, misterio de la vida, amantes que no saben nada, pureza extrema.
Te pido que te cases conmigo, y con mi muerte, y mis cenizas que podrán servir para pintar un mar. Eso, sabes sería precioso. Un gran detalle.
Odio el Istmo, con sus tiempos que no aman. que no saben que todo estará bien. Un día, el día que de mis muslos crezcan piedras, y de entre las rocas, la muerte de tus maremotos incontrolables. Sed. Pérfidos ríos que nacen dentro de tu ombligo y que mueren entre mis ciudades, mis pensamientos que sigilosos se mueren al no tener cuerpos.
Oye, por último, quiero que sepas que me iré en tus manos.
En tu cuerpo, en tu boca.
En tus viceras.
En tus lapiceras.
Me da miedo tener hambre, porque si tengo hambre,estaré pensando en sonidos que desaten lastimeros sentimientos de deseo...
Vámonos lejos.
Vámonos.
Cuidemos a los delfines rosas, a los elefantes, a las tiernas caderas de cabra muda.
Desnudate, precioso.
Algunos platillos de corte frances de Issei Sagawa.
