Le MAT


children-washing
J. Ensor.




Comeme
.
Bebeme.
Amordazame
.
En tus polvosas manos, algo elemental, como es la cacería.
Revientame los organos, que me produzca dolor, dolor de infarto, sangre de muerto. Quiero que me abras de lado a lado con tus uñas. Que enredes mis cabellos a la licuadora y me hagas masa, carne y huesos.
No quiero asustarte, quiero enamorarte más de mi.
Comeme la piel, entierrame tus dedos en la espalda y crucificame con tus clavos de doble filo.
Apuñalame.

Cuando ya no aguante más y te pida que te detengas, ignorame. Rompe, quiebra, hiereme.

Tirame al suelo. Riegame con tus defectos. Golpeame hasta que no me mueva (y aun en la inmovilidad, sigue quebrantando mi inocencia), que oigo tus voces derretir mis heridas, que oigo tu multitud enardecida suplicar por mi dolor insano, infinito y voraz (al que en secreto te acostumbre).
Deseo que todo este dolor se haga carne, como una vez se hizo el verbo.
Tu mejor que nadie sabe, que si de dolores se habla, soy experto al deleitarme, entre llantos y alaridos, de aquellos tus puñales frágiles, de aquellas tus palabras sucias.
Degolla las injurias, devorame completo.
Sabemos que regresare entre sombras a aullar por más delicadas caricias.
Y tú, insaciable, engendrarás mayores torturas, mejores castigos que me unan a esa locura eterna llamada amor. Será entonces el día que sin querer me vaya lejos (quizás no vuelva, es lo más seguro).


Amado mio, si algún día me miras a los ojos, y te pido me lastimes, vete; de lo contrario yo te destruiré.


 
 
Copyright © Hell Chico
Creative Commons License
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License