



- Si se acaba el dia tan rapido, no temas, es parte del juego de mentiras que dejo que me lleve a ningun lugar. Quiero volver al mar y dejarte solo en esta habitación cortada en dos; una de las mitades caera silenciosa hasta romper en llanto. Gotearan los techos una melodía purificante, y en los cantaros, tiernamente reflejaras tu rostro palido y fulminante. Vete. Vete a esa esquina en mis tobillos fragiles y comeme a besos.
- Sino funciona, ahorrame las ganas de tirar mis pesadillas a la basura. Florece una muerte pequeña en mis manos de porcelana fina, en esas candidas telarañas que fueron reteniendo tus deseos de Satán.
- Dibujo el cielo en tu mirada, no por que sea un cumplido, es por que el cielo es lo mas parecido al mar, y al verlo, imagino que caera sobre mi y me envolverla con sus frias manos de infinitud. Tu no eres nadie para mi, nunca lo fuiste. Ya te olvide.
- Me miento para poder dormir mientras no estas en mis recuerdos. Tu excelsa aura me comio los cesos mientras bailaba un tango a la orilla de mi tumba, de esa que cavamos con las uñas el dia de lluvia, el dia que perdimos la vida entre besos y miradas, entre miradas y besos.
- No vamos a pretender que existimos antes de tocarnos, si tú lo llegaras a hacer, procura pensar en mi menos veces, piensa mas en el tiempo que se va, en comida, en canticos corales que no digan nada. No en mi. Quizas la imagen de una abeja perdida en un laberinto ayude.
De cómo un gorila desperto una religión y mi abuelo un desayuno.