La Virgen De Las Putas


Manifiesto.

El hombre nace libre, responsable y sin excusas.

Jean-Paul Sartre

Soy una mujer. Soy un niño. Soy una puta. Soy una virgen. Soy tu madre. Soy tu mejor amigo. Soy Tu culpa. Soy tu sombra. Soy lo que no proteges. Soy del que te burlas. Soy tu escuela y tu iglesia y tus oraciones y tus pesadillas. Soy una mujer, soy un individuo. Soy un trozo de carne si así me miras. ¿Sabes que es el respeto? ¿Sabes que es respetar al otro? No. Por eso estoy aquí. Por eso esta mi mano, sujetando a la otra, apretándome firmemente para no arrancarme la piel frente a ti mientras te suplico que me trates como un ser igual a ti; porque ni tu Dios ni tu credo ni tus malas manías deben condenarme a mí por ser lo que soy, porque a ti no te condenan por ser un ignorante. Silencio; esto es una carta a mis familiares, a mis amigos, a mis novios y cada hombre de mi vida. Si no se detienen, me van a matar. Lo juro, me lo han dicho al oído. Me han dicho cosas grotescas, me han tocado las nalgas y los senos, me han amordazado y me han orinado mientras me graban y se ríen como el público. Mire entonces público, mira a tu rey Solomon quitándose la ropa y demostrando su verdadera naturaleza; un hombre que piensa en el homicidio. Mira al hombre más sabio revolcarse en su sombra inmensa que cubre el mundo con su oscuridad atroz. Mira lo que el hombre cree correcto. Mira el dolor de la mujer cercada por su condición y condenada por absurdos fundamentos basados en la fuerza bruta. Mira al león, mira que máscara tiene, mira sus garras rotas. Ya no tiene alas, no tiene pico, tan solo le quedan las garras y con ellas, despierta el ave, enardecida, violenta. Esta ave es la nación, la madre que deposita en sus hijos el futuro que en este presente se observa adverso y bromista. Y yo soy su hija, la mujer apedreada, la violada, la cuartada, la matada. Soy eso y soy toda madre, hija, hermana. Y estoy atada, mutilada, y soy presa de sus ojos y sus ruidos de placer volcánico siniestro. Pero no soy tan solo la mujer, ni el niño, soy el hombre que perdió la capacidad de creer que es capaz, sin ayuda de nada ajeno a él. Soy lo roto, soy tú. Soy nada si lo crees, soy todo si lo sueñas y lo vuelves realidad. Es fácil.
Libérame.
Respétame.
Apaga el televisor.
Cree en los silencios, confía.
Confía en tus manos y tus pies, en tus palabras,
en las preguntas que formulas.
No te calles, dilo.
Sueña.
Este mundo soy yo y yo estoy cayendo, estoy sangrando,
y la violencia no resulta deliciosa, duele.
La cabra no es tan fuerte, la cabra.
Y no importa que quemes mi casa, mis ropas, mis deliciosos delirios;
Soy libre porque el cuerpo no me sujeta, y soy un caballo, y soy un oso y a veces soy la daga con la que me cortas las manos y las arrojas a la calle y las ratas se las comen. No soy eso, soy tu sombra y te seguiré hasta que compongas el sistema decadente y comiences a amarte por sobre todas las cosas, y observando en el amor la profunda raíz de la reconstrucción. El amor y el compromiso. La verdad, el conocimiento y las armas para romper el muro que ciega a los discípulos y los condena a la culpa. Uno no es culpable, uno es responsable…
Soy responsable de dejar en claro que soy la única mujer que matan en esta tierra de conquistados por demonios y cadenas de comida rápida. No habrá más sangre en este reino. No, si lo decides. Pelea por lo que eres, crees, amas…

Soy Tú. Soy tu miedo. Soy tu pelea. Soy tu fuerza. Soy la paz.


Śūnyatā


C.Castilian.
Tercera Virgen del proyecto Solomon.

 
 
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